jueves, 7 de febrero de 2008

Malos humos



Toda adicción es mala. Sí, eso se sabe aquí y en Roma, sin excepción. No hay nada, por bueno que sea, que en grandes cantidades no sea malo. En mi caso, la adicción es al tabaco. Lo confieso, soy una de esas apestadas a las que miran mal si en un bar enciendes un pitillo, o que despierta la compasión de los no fumadores cuando, haciendo un esfuerzo sumo, sales a la intemperie a darle unas caladas a uno de esos palitos del cáncer, sólo por no molestar a los sanísimos compadres que comparten contigo el espacio sin humo. A veces, más que una adicción, es un movimiento compulsivo. Cuando un sábado por la noche no sabes qué hacer con la mano libre que te queda después de agarrar el cubata con la otra, entonces te das cuenta de que quizás tengas un problema. Si eres incapaz de tomarte un café después de comer sin que las ganas de nicotina te asalten, si cada vez que estás 24 horas sin fumar, el humo del cigarrillo del de al lado te huele mejor que un guiso de domingo de tu madre, si una de tus mejores tácticas para ligar es pedir el mechero al guapo de turno.....sí, creo que ha llegado la hora de plantarse.


Y lo bonito que es dejar de fumar. La gente te anima (unos más que otros), y te dicen que seas fuerte, que puedes hacerlo, que es fácil vivir sin tabaco, que si has conseguido fumar sólo 5 al día (de 10 a 5 en una semana, supera eso Ferrari!) lo mejor es que empieces a no fumar ninguno. Hasta los anuncios de la tele te lo pintan de color de rosa: el Help "por una vida sin tabaco" nos enseña lo denigrante que es nuestra actitud, que hasta somos capaces de ir a buscar el tabaco a la papelera, después de arrojarlo decididos a dejarlo de una vez por todas. Luego está el "reduce hasta dejarlo", con ese pobre hombre jugándose la vida en medio de un temporal sólo por unas caladitas. Aunque mi preferido siempre fué ese de no sé que chicles en que un brazo musculoso le echaba un pulso a una mano de humo, y ¡coño!, le ganaba. Así de fácil!


Ahora, lo que nadie te cuenta es que la tos persistente va asociada al proceso, que una vez que empiezas a dejarlo y las mucosas de tu garganta recuperan humedad, te pasas el día tosiendo cual abuelo en busca del inistón. Tampoco te avisan de los efectos de la bajada de nicotina en el organismo, que por mucho que yo intente sustituirla por cafeína, no, no es lo mismo. Mi nivel de tolerancia ante determinados seres humanos en esta última semana ha bajado tanto, que hasta yo misma me asusto. Estoy irritable, tosiendo sin parar, y tomando café cada dos horas. Y cada vez que huelo humo....mmmmmmm...joder, mi cerebro se pone en off y lo único en lo que piensa es en sacar el mechero y prender un maldito cigarrillo, tragar humo y disfrutar del momento.


La vida es muy corta, y no deberíamos privarnos de hacer aquello que nos gusta, pero cuando aquello que te gusta sabes que te va a acortar la vida.....maldito dilema. Hay gente que quiere dejarlo y no puede. Mi problema es que puedo dejarlo, y sin embargo, no quiero.

7 comentarios:

Danny Boy dijo...

Se que es un topicazo, pero ánimo. Yo nunca tendré que dejarlo porque siempre he desechado el tabaco, no me llamaba (no puedo decir lo mismo de la cerveza) pero siempre he visto un acto de valentía y fuerza el atreverse a dejarlo, aunque solo se quede en eso. En los actos heroicos, lo importante es atreverse; que se lleven a cabo o no... eso queda en otras manos.

1 beso de ánimo

Anónimo dijo...

Suele pasar como todas las drogas. Se llama "mono".xD

No soporto el tabaco, aunque he de decir que según como tenga el día mentalmente, no me importa el humo del tabaco.
A veces me parece bonito, aunque mis mucosas respiratorias se llenen de nicotina; pero ya me las lleno cada vez que paseo por la calle...


Ánimo en tu lucha o en tu camino de tabaco.

Besos

Anónimo dijo...

Yo fumaba casi dos paquetes diarios, un día (29/06/1992) me levanté y dije: "Ya no fumo más". Hasta hoy...

Si quieres puedes, si no, pues no pasa nada, a seguir fumando que son dos días.

Besos.

Mar dijo...

Es duro dejarlo, pero ya verás cómo vale la pena. Aunque, desde luego, os tienen acorralados. A mí, mientras no fumen dentro de un ascensor cerrado o en un coche en invierno (que no puedes bajar la ventanilla porque morres do frío), no me molesta. Pero es ridículo que haya zonas de fumadores en los bares como si fuéseis unos apestados. Que, encima, como cada vez os dejan menos sitio, el lugar de los fumadores sí que empieza a apestar, de puro concentrado...

En fin, ánimo. ProtoDogKiller lo dejó hace dos años y ahora está todo orgulloso. Lo dejó de un día para otro y la mala hostia le duró un año, pero ya no lo echa de menos y ha vuelto a su ánimo semitormentoso habitual...

Nuevo Ícaro dijo...

La decisión es tuya, los fumadores
somos fumadures y punto.
Hay mucha intolerancia, gente que desea que prohiban fumar en los bares. ¡pero si es el unico sitio donde aún se puede! yo respeto las otras opiniones y nunca fumo en lugares en los que no esta permitido. Que nos respeten fumemos o no.

Anónimo dijo...

yo fumé desde los 15 a los 32. te aseguro que sí, que durante el mes siguiente a dejarlo vives un infierno. se llama el síndrome del fumador. es porque tus pulmones empiezan a expulsar toda la mierda que acumulan. pero si superas eso, dejarás de fumar. ánimo

Ed dijo...

Ah, el nefesto vicio del tabaco...

Creo que si prohibieran el tabaco, tendrian que prohibir tambien el alcohol. Entonces si que iba a arder Troya...

Una persona sin vicios es como un jardin sin flores. Adelante y a lo tuyo.

1 abrazo de fumador pasivo.