lunes, 15 de octubre de 2007

saudades

Qué difícil se hace volver, ¿verdad? Más aún si el lugar en el que te encontrabas está lleno de recuerdos. Una ciudad en la que cada esquina tiene algo que decirte, cada piedra de su suelo te cuenta una historia, cada tasca perdida te invita a sentarte...un lugar donde has vivido por un tiempo, y, te guste o no, ha dejado una huella en ti, aunque parezca que tú no has dejado huella en ella. Puede ser triste, volver allí y ver que tan sólo unos pocos amigos te recuerdan, o cómo los nuevos habitantes-erasmus se pasean por ella como si fuera suya. Pero también sabes qué es lo que les depara cuando la abandonen. Y creedme, entonces la envidia se desvanece y comienzas a compadecerlos, porque conoces de sobras la sensación que se tiene cuando se vuelve a casa, y no es bonito. Podrás amar otras ciudades, pero Lisboa es el lugar al que siempre acabamos por volver. Tenho imensas saudades vosas, lisboetas meus.





Em meus momentos escuros
Em que em mim não há ninguém,
E tudo é névoas e muros
Quanto a vida dá ou tem,

Se, um instante, erguendo a fronte
De onde em mim sou aterrado,
Vejo o longínquo horizonte
Cheio de sol posto ou nado

Revivo, existo, conheço,
E, ainda que seja ilusão
O exterior em que me esqueço,
Nada mais quero nem peço.
Entrego-lhe o coração.

F. Pessoa

1 comentario:

Marcial dijo...

Hola Ana, "Saudades" tráeme recordos de Lisboa, cidade fermosa, e a que é certo sempre se volta. Portugal engancha moito. Pessoa tamen ten moito que ver en toda esta remembranza. Un saudo